EI de los odres, mi tío sodes: allá con el vino.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
La propia tinta con la que se escribe la historia no es más que un prejuicio fluido.