EI sombrero hasta el suelo y el repelón hasta el cielo.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Ser director general sigue significando sentarse a la mesa de los grandes inversores institucionales y mostrar tu liderazgo y hacer que crean en ti.