El adulador es el enemigo peor.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Estamos celebrando la fiesta del Nacimiento Eterno que Dios Padre ha llevado y no deja de llevar en toda la eternidad... Pero si no tiene lugar en mí, ¿de qué sirve? Todo radica en que tenga lugar en mí.