Más daño te hace el que te adula que el que te injuria.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Fue una experiencia muy profunda entrar en contacto con esa parte de nosotros en todos los seres humanos que se compromete más allá de uno mismo hasta el punto de dar todo lo que tienes, incluida tu vida, por los demás, por el prójimo.