Por amor del buey, el lobo el arado lame.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Tan vivo que no se avergonzaría de vender el loro de la familia al chisme del pueblo.