Nunca falta un majadero que admire a otro majadero.
No hay un tonto a quien no admire otro tonto.
No hay necio a quien no admiren otros necios.
Cesa la admiración, sabida la causa de la ocasión.
“¡Vaya un paso!” Y pasaba Judas.
¡Qué barbaridad de melones, los unos podríos y los otros tripones!
La baba le corre a Juan de la Torre.
Vállame Deus, valla, que el Rey de Portugal mató una gralla. No la mató, que...
iQué obra, y no se vende!, y eran ataúdes.
¡Qué lindo don Diego!, y él era de corcho.
¡Qué lindo don Diego, si no fuera muerto!
¡Qué montón de trigo, si no estuviese comido!
¡Jesús! Ansí se llama él, que no Pero García.
¡Qué magnifico señor!, no nos conoce, y envíanos a saludar.
Hízonos Dios, y maravillamonós.
Es muy cierto que el deseo de la vida la prolonga.